Su origen se remonta a la dinastía Song en China, que gobernó desde el siglo X hasta el siglo XIII. Las teteras de hierro fundido eran populares en la cultura china del té y se consideraban un símbolo de estatus y riqueza.
Más tarde, a partir del siglo XVII, se hicieron populares en Japón , donde se las conoce como tetsubin.
En Europa, un siglo más tarde que en Japón, las teteras de hierro fundido se hicieron populares en el siglo XVIII, cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales comenzó a importarlas de Asia.